01/09/2020
Autor: Chano Jiménez. Autor de los libros: Vended Malditos Benditos y Atracción Digital, Doctor en Economía, Postgrado en Neuromarketing, Máster en Gestión Deportiva, Máster en Dirección de Empresas, Investigador, Autor, Conferenciante y Consultor internacional de Estrategia, Marketing y Ventas para negocios deportivos. https://chanojimenez.com/chano-jimenez/
Paradójicamente, aunque la pandemia del covid-19 ha supuesto, para gran parte de la población, un confinamiento de casi tres meses que ha implicado los cierres de gimnasios y otras consecuencias negativas para el sector, como el temor de la población y el debilitamiento económico, nos encontramos en un momento de gran oportunidad de entrada para nuevos operadores. Justifiquémoslo:
1º EVOLUCIÓN DE LA DEMANDA
Aunque el sector del fitness ha mostrado un crecimiento ininterrumpido del mercado en los últimos 20 años, obviamente, durante el verano de 2020, la demanda de usuarios de servicios deportivos se va a mantener débil, pero salvo que se produzca un fuerte rebrote de la pandemia, en 2-3 meses el temor de la población habrá remitido sustancialmente (los antecedentes de fenómenos similares indican que la memoria social es corta y selectiva, buscando cuanto antes la normalidad).
Por otro lado, durante el periodo de confinamiento, se ha observado un potente crecimiento de la conciencia social sobre la importancia de la actividad física para preservar el sistema inmunitario y la salud en general. En este sentido, tanto las previsiones macroeconómicas como de expertos sectoriales indican que en otoño de 2020 comenzará un periodo de clara recuperación, seguido de un fuerte crecimiento en 2021.
2º DEBILIDAD DE LOS COMPETIDORES
Los tres meses de cierre de las instalaciones deportivas (soportando algunos gastos fijos ineludibles y con ingresos nulos o muy mermados) han causado estragos en aquellas empresas con debilidad financiera previa al confinamiento y un claro debilitamiento en el resto. Estas circunstancias van a propiciar el cierre de algunos operadores (previsiblemente afectará más a operadores individuales de tamaño medio, porque los pequeños tienen costes más manejables y breakeven más flexible y los grandes suelen tener más respaldo financiero). Además, los que no cierren, tendrán dificultades para encarar inversiones/mejoras o campañas publicitarias de gran dimensión.
Como consecuencia, quedará un sector con cierta cuota de mercado liberada y con competidores en dificultad para responder a nuevas incursiones.
3º VENTAJA DE CONOCIMIENTO ACELERADO DEL NEÓFITO
Aunque pueda parecer injusto, esto ha pasado siempre: los nuevos operadores, observadores de la actividad de los veteranos, evitan sus errores, aprenden de sus aciertos y traen ofertas actualizadas a las demandas más recientes y sistemas de gestión con menos rémoras (plantillas con bajo rendimiento, elevados costes fijos estructurales, instalaciones/ equipamientos/ software que pueden haber sufrido desgaste o desfase). Justamente, la actual coyuntura post-coronavirus ha acelerado este fenómeno enormemente.
4º PODER DE NEGOCIACIÓN Y ACCESO PRIVILEGIADO A RECURSOS CLAVE
A nadie se esconde que, durante un buen número de meses, la demanda de locales comerciales, las contrataciones de personal, las compras de equipamientos y otros activos, se van a ver reducidas y, por tanto, los costes ineludiblemente bajarán sustancialmente. Esto implica que, en un horizonte de comienzo de operaciones inmediato para apertura al público en otoño, los costes de inversión inicial se pueden ver reducidos hasta en un 30 % y los gastos fijos más significativos (salarios y alquiler de local) entre un 10 y un 20 % respecto a marzo de 2020.
Obviamente, toda decisión de inversión requiere de estudio previo y análisis de riesgos, pero, insistiendo en el requisito de contención de posibles rebrotes, la coyuntura se muestra excelente para entrar en el sector. En cualquier caso, nuestra recomendación sería pactar contratos de alquiler con cláusulas de posible congelación de cuotas.
¡La fortuna es amiga de los valientes!